Hablemos esta vez de economía ...

para ir dando un cambio a este blog, que tan personal ha sido. Veamos ahora mismo que está ocurriendo de modo que comprendamos cual es el problema de fondo que ninguna crisis ha podido solventar.

En primer lugar indiquemos que la riqueza de una nación, en terminos neoliberales pudieramos decir, se mide a través del stock que una economía puede llegar a tener. Esto es el PIB, en terminos macro-económicos, y otras formas de medirlo es la renta "per capita", y una tercera que es la que me parece más descriptiva es la de distribución de la riqueza, aunque esta última es la menos usada por su complejidad de explicación.

Bueno pues tenemos que durante los últimos 30-40 años ha ocurrido un fenómeno extraño en las economías desarrolladas. En vez de crecer acumulando riqueza de una forma física, a través del incremento de la acumulación de bienes y equipos, esta riqueza se ha monetarizado convirtiéndose en una riqueza en un stock de un bien que por sí no lo es ya que el propio dinero única y exclusivamente es una medida de dicha riqueza. Salvado este primer escollo conceptual donde la riqueza ya no es física sino, usando un simil, "espiritual". Nos encontramos que ha existido otra tendencia de fondo que actualmente no se ha invertido y es que la distribución de la riqueza ha sido cada vez más desigual. Pues este proceso además de ser una corriente de fondo en la economía de los países desarrollados se ha ido acelerando cada vez más en cuanto a los ritmos de intensidad en gran parte de las mismas. Fenómenos que han sido descritos como: deslocalización industrial, libertad de movimiento de capitales, instrumentos financieros, etc...; han sido las descripciones de esas tendencias.

Primero fue el movimiento de capitales que permiten que estos capitales entre en nuestras economías, esto es también gracias a una flexibilización de una legislación que permite tanto su entrada como salida. Estos capitales que entran y salen tan fácilmente de nuestras economías provocan que los stocks de riqueza se incrementen pero no de una forma permanente a través de su realización en bienes de equipo, y empleo por tanto, sino que entran en sectores donde la realización de esos capitales y los beneficios obtenidos sean más rápido. Mercados como el de valores,o el inmobiliario han sido esos mercados donde entrar y salir es relativamente fácil. No es lo mismo invertir en una fábrica que en una empresa o un terreno.

Lo segundo es la deslocalización. Esto si cabe es algo más dificil de hacer aunque también implica que está relacionado con el primer fenómeno. Y responde a la pregunta: Si puedo producir la misma cantidad o más de un producto, el cual lo venderé por la misma cantidad, a menor coste laboral ¿Por qué mantengo una fábrica en un lugar que me cuesta más cara la producción y además ya tengo amortizada su inversión? La respuesta es la deslocalización. Desmonto la fábrica recupero la inversión a través de: la amortización realizada durante los años de funcionamiento de la fábrica, la venta de los bienes de equipo y del terreno; y me llevo las patentes y el know-how de la fábrica a otro país donde sea más barato producir. Esta deslocalización ha incrementado el patrimonio monetario pero no así el de bienes de equipo que  por contra se ha visto reducido.

Por último y no menos importante nos encontramos que al producirse los dos fenomenos anteriores se produce un fenómeno que influye directamente en la distribución de la riqueza, mientras el fenómeno de libertad de movimiento de capitales no influye directamente, ya que solo incrementa el valor y por ello el peso de aquellos mercados en los que entra y sale libremente. El segundo fenómeno de la deslocalización si que influye directamente por que toda desinversión en tejido productivo implica por un lado un que se concentra la riqueza en los tramos de renta que son propietarios de lo desinvertido por la amortizaciónn y desaparece en los tramos de renta que sufren la perdida de su empleo y los derechos adquiridos por mantenerlos. 

Esta es la corriente de fondo que se está produciendo en los países desarrollados, y que si no invertimos con un pequeño pero decidido golpe de timón nos encontraremos en una situación muy similar a la de los países en vías de desarrollo. 

(En una proxima entrada hablaremos de la verdadera crisis de deuda de Europa)